ARRAIAL – BRASILIA

Here we are in the eccentric capital of Brazil, in the hospitable flat of Marina. But getting here was an adventure… The first drama was on Monday when I tried to draw some money, only to find that the bank computer had decided that my brand new card was damaged. It was therefore cancelled, and the replacement is waiting for me in Chile (the story is actually a bit longer, as my original card was swallowed by a machine in Sao Paulo airport, but I will not bore you with details!) That problem more or less solved through the kindness of friends, we said our farewells and yesterday morning (Thursday) set off to catch our bus from Arraial to Brasilia, a journey of some 22 and a half hours. The bus was due to leave from Porto Seguro at 10.00, the other side of the river which is crossed by a balsa (ferry) so we left at 8.30 to allow plenty of time. At the bus stop we met a friend, Marco, who announced that the balsa was on strike! However, as he was also headed for P. Seguro, we boarded a bus regardless. On the way, the strike was confirmed by shouts from drivers going the other way and we started to worry. Arrived at the river, the gates were closed and the balsas were all anchored. Magda however remembered that the hotel on the point has its own launch and managed to talk her way in, so we crossed and arrived as planned. The journey took us virtually due west with a loop north via Vitoria da Conquista and Bom Jesus de Lapa, right across the state of Bahia. We headed inland though green, more or less hilly country, towards a dramatic distant mountain.

This is cattle country, all lanky Brahmin cattle.

We passed through sleepy villages,

stopping in the most unlikely places while disregarding some larger towns. The land flattened out when we reached the plateau, and at dusk we arrived at Vitoria da Conquista for supper – a huge sprawling city. It was dark when we left and in the city outskirts the driver suddenly braked violently. At the same time a loud blast on a hooter announced the presence of a train, which passed the level crossing right under our noses. Another few feet and we would have been mincemeat... Despite that, we soon fell asleep – although with the air-conditioning we were too cold to sleep well. Dawn found us rolling across a huge flat plain in Brazil’s central plateau, sown principally with soya and other types of beans. By now we were heading south towards the state border between Bahia and Goiás, where we stopped for a cup of sweet coffee. Immediately after the border, the road dipped into more broken, less cultivated land, with a lot of standing water (they have had a lot of rain recently in much of Brazil). I saw ducks and geese, grebes and even a cormorant. Suddenly smoke started coming out from just below our window, and the bus ground to a halt. A shredded tyre! So we spent the next hour watching the unfortunate driver changing the wheel – passengers are not allowed to help! At last we were rolling again and finally reached Brasilia, rather late, under threatening clouds.

The city is amazing and I will write more after we have seen it tomorrow! We arrived safely – if rather late – at Marina’s flat to a delicious lunch…

_______________________________________________ Aquí estamos en el capital excéntrico de Brasil, donde nuestra amiga Marina. Sin embargo llegar fue toda una aventura… El primer dramón ocurrió el lunes, cuando traté de sacar dinero del banco, y encontré que el computador de mi banco había decidido que mi tarjeta nueva estaba dañada. Fue eliminada del sistema, y el remplazo está esperándonos en Chile (en realidad es más complejo, porque una máquina en el aeropuerto de Sao Paulo tragó la tarjeta original!) Una vez solucionado ese problema, gracias a unos amigos, nos despedimos y ayer (jueves) fuimos a tomar el bus de Arraial a Brasilia, un viaje de unas 22 horas y media. El bus debía salir de Porto Seguro a las 10.00, del terminal al otro lado del río que se cruza en balsa, así que salimos a las 08.30 por si acaso. En el paradero nos encontramos con un amigo, Marco, quien nos anunció que la balsa estaba en paro! Sin embargo, él también tenía que llegar a P. Seguro, así que subimos a un bus con los dedos cruzados. En el camino, otros chóferes confirmaron el paro, y cuando llegamos al río los portones estaban cerrados y las balsas ancladas. Pero Magda se acordó que el hotel en la punta tiene lancha propia y logró hacernos pasar a los tres. Todo bien hasta ahí… Desde P. Seguro, viajamos casi directamente hacia el oeste, con un desvío hacia el norte vía Vitoria da Conquista y Bom Jesus de Lapa, cruzando todo el estado de Bahia. El paisaje estaba verde con montañas bajas. Es una zona ganadera, con vacas de la raza Bramita. Pasamos por pueblos dormidos, parando a veces, no necesariamente en los más grandes... Al pasar las montañas llegamos al altiplano, y el terreno se volvió más plano; al atardecer llegamos a Vitoria da Conquista para comer – una ciudad grande y extendida. Cuando salimos ya era de noche, y en las afueras de la ciudad el chofer frenó en forma abrupta. Al mismo tiempo un tremendo bocinazo anunció la presencia de un tren, que pasó por un paso nivel a pocos metros – unos segundos más y no estaríamos aquí... A pesar de eso no tardamos en dormirnos, aunque con el aire condicionado hacía mucho frío y no dormimos bien. Al alba estábamos cruzando una planicie enorme del altiplano central del Brasil, centenares de hectáreas con siembras de porotes de varios tipos. Ya íbamos rumbo al sur hacia el límite estatal entre Bahia y Goiás, donde paramos para tomar una taza de café azucarado. A continuación, el camino descendió por paisaje más irregular y menos trabajado, con mucha agua – ha llovido mucho últimamente. De repente salió humo debajo del vidrio a nuestro lado, y el bus paró. Un neumático reventado! Así que pasamos una hora mirando al pobre chofer que cambiaba la rueda – los pasajeros están prohibidos de ayudar! Finalmente pudimos retomar el viaje y llegamos – atrasados – a Brasilia, bajo unas nubes amenazadoras. La ciudad es impresionante, y voy a escribir más después de conocerla mañana! Llegamos bien para un almuerzo delicioso donde la Marina …