The last few days have been devoted to packing and farewells. Yesterday we got up at 0530, closed up the house, returned the keys and set off north along the coast to Belmonte - a sleepy coastal town which used to be a cocoa shipping port.
There we boarded an aluminium launch with outboard motor for a two-hour journey through the mangrove swamps to Canavieras.
We crossed the broad river at Belmonte and entered a maze of narrow channels up which we puttered gently, slowing from time to time to avoid swamping the locals paddling about their business in dugout canoes.
There were lots of herons and egrets, and a couple of small, bright green kingfishers. The bigger trees where the land was drier were hung with bromeliads and other epiphytes. We finally came out (under a shower of rain) into another broad river mouth - where we were made to put on lifejackets - up which we approached the old cocoa and sugar port of Canavieras. We were met by our Austrian friends from Arraial, Guenther and Anna, who gave us an excellent lunch before we set off on the bus inland to Itabuna, and thence overnight to Feira Santa Ana, west of Salvador. From there a taxi took us - and a couple of Spaniards whom we met at the bus station - to Lencois.
This is an old diamond mining town. The Chapada (Plateau) Diamantina is now a national park with some lovely walking and everywhere signs of the two hundred years or more of hand mining for diamonds - heaps of loose stones, channels dug in the rock. The deposits of rock, sand and diamonds date from when Brazil formed the sea bed just west of Namibia. It is mind-boggling to pick up pebbles here, washed down from African mountains... There are also deposits of different coloured sands, which are used by local artists to create pictures in bottles.
The town is old and quite attractive, although nothing like the cities of Minas Gerais which were much richer. Tourism is important here now and has grown strongly in recent years. Lots of pousadas and restaurants.
The weather has been unsettled and last night it poured with rain. Good for diamond miners but nobody else! Let's hope it improves.
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Después de 5 meses de 'inactividad' en Arraial estamos de viaje nuevamenteve!
Pasamos los últimos días haciendo mochila y en despedidas. Ayer nos levantamos a las 0530, cerramos la casa, entregamos las llaves y salimos hacia el norte por la costa hasta Belmonte - antiguo puerto de exportación de cacao, dormido bajo el sol.
Allí entramos en una lancha para el viaje de 2 horas por los mangles a Canavieras. Cruzamos un río ancho y nos metimos a los mangles por un laberinto de canales, pasando a los residentes en sus canoas hechos de troncos. Vimos garzas de distintos tipos y colores, y un par de hermosos martin-pescadores pequeños, de color verde. Algunos árboles más grandes tenían bromelias y otros epifitos. Llegamos finalmente a otro río grande por el cual nos acercamos a Canavieras - también puerto de azucar y cacao.
Encontramos dos amigos Austriacos de Arraial, Guenther y Anna, quienes nos invitaron a almorzar. De allí tomamos el bus a Feira Santa Ana, al oeste de Salvador y llegamos finalmente a Lencois en el interior.
Esta fue ciudad de minería de diamantes. La Chapada Diamantina ahora es Parque Nacional con caminatas hermosas. Se ve mucha evidencia de los esfuerzos de los mineros a través de dos siglos o más - montones de piedras, canales en la piedra etc. Los depósitos de piedra, arena y diamantes son de la época en la cual esta parte de Brasil formaba el fondo del mar al oeste de Namibia! Es increíble pensar que uno puede tomar piedras en la mano que vienen de las montañas de Africa... Existen depósitos de arenas de distintos colores usadas por artistas locales para crear imágenes en botellas.
La ciudad es atractiva, aunque no tan rica como las ciudades de Minas Gerais. Hay mucho turismo desarrollado en los últimos veinte años - muchos posadas y ristorantes.
El tiempo no nos ha acompañado - anoche llovió a chuzos. Bueno para los mineros de diamantes pero no para nosotros!
